Hablando en Contra de la Violencia Sexual
“Fue una oportunidad para decir a todas las partes involucradas: nunca más violencia contra las mujeres, nunca más violencia sexual contra las mujeres de parte de los actores armados, sea legales o ilegales.” Dice Maria Eugenia Cruz, reflexionando sobre la importancia de la participación de las mujeres en los diálogos de paz.
Negociadores de las FARC y el Estado están discutiendo los derechos de las víctimas, el cuarto punto de los cinco puntos en la agenda. Las dos partes han decidido que las negociaciones deben incluir las experiencias de las personas más impactadas por el conflicto: las mismas víctimas.
En un momento histórico, Cruz fue parte de la primeria delegación de doce victimas a visitar la mesa de negociaciones en la Habana, Cuba.
Cruz ha dedicado su vida a proteger los derechos de las víctimas de la violencia sexual. Ella trabaja para visibilizar la violencia sexual en el marco del conflicto armado y hace incidencia política para buscar soluciones de política pública.
El trabajo es personal: cuando Cruz era joven, ella fue abusada sexualmente durante más que un año por un grupo de solados. La primera vez que compartió su historia públicamente, sin embargo, fue en la Habana.
“Vi la necesidad de hablarla en la Habana. Yo fui como defensora de los derechos humanos, como víctima del desplazamiento forzado, como víctima de la violencia de género porque por todo el trabajo que hemos hecho, he estado atacado; pero allá, vi la necesidad de hacer visible la violencia sexual y contar mi historia.” Dice Cruz: “Era una oportunidad más para hablar del dolor. Es importante hablarles sobre el dolor que causa estos grupos armados con nosotras y sobre todo cuando utilizan nuestro cuerpo y la violencia sexual como una arma de guerra, pues había que contarlo. Creía que no iba a ser capaz, pero Dios me dio todo el valor para hacerlo.”
Un crimen invisible
Seis mujeres cada hora son víctimas de la violencia sexual en el marco del conflicto Colombia, pero es un crimen invisible con una impunidad de 98%. Debido a estos niveles tan altos de impunidad y a los riesgos de violencia asociado con la denuncia, la mayoría de mujeres no tienen acceso a la justica.
Como sobreviviente y defensora, Cruz dice que estos espacios públicos son esenciales, tanto para exigir que estos asuntos hagan parte de la agenda de los diálogos como sobresaltar que las mujeres ya están hablando.
“Fue importante que la voz de las mujeres estuviera acá para decir que el conflicto ha tenido un impacto desproporcional sobre las mujeres.” Explica Cruz: “Es que a nosotras las mujeres, nos ha tocado así. Siempre ha sido luchando y peleando por que la voz de nosotras esté allí. Tenemos propuestas concretas como mujeres y en este sentido es muy importante.”
Las mujeres representaron solamente el 4% de los firmantes en 31 procesos de paz en todo el mundo entre 1992 y 2011. Sin embargo, las mujeres juegan un papel fundamental en la sociedad, no solamente como víctimas desproporcionadas de determinados delitos, como la violencia sexual, pero también agentes de cambio. Las experiencias suyas son esenciales para la creación de una paz duradera que refleja las necesidades de toda la sociedad.
“Más allá de solamente contar nuestras historias, fue importante convertir nuestro dolor a propuestas concretas para la paz. Fue importante decir que queremos la verdad. Esta violencia ha dejado huellas en los cuerpos de las mujeres.” Dice Cruz: “Estas mujeres, a pesar de tener tanto dolor, y cargar tantas huellas y tanta culpa en su cuerpos. Las mujeres que han vivido la violencia sexual, tienen propuestas para ustedes.”
En el final de su tiempo en Cuba, Cruz expresó su sorpresa por el respecto que cada víctima recibió de las dos partes y su nueva esperanza para la paz en Colombia. Ella reconoce, sin embargo, que la paz verdadera involucra toda la sociedad y tiene que ser lograda desde un nivel comunitario, donde las mujeres siempre han trabajado, con y sin reconocimiento.
Como dice Cruz: “En un posconflicto, las mujeres jugamos un papel muy importante porque desde la misma comunidad, de la misma base, desde el propio hogar nosotras generamos pedagogía por un lado, para explicar porque es importante la paz, y por otro lado también han generado reflexiones enfrente de la importancia de que este proceso permanece. Eso es un trabajo que tenemos que hacer y cómo mujeres somos la mayoría, las sobrevivientes, pero más que eso somos las más creativas. La responsabilidad que nosotras tenemos con la sociedad es una responsabilidad mucho más fuerte porque estamos cansadas de la guerra y hemos llevado la peor parte entonces, en ese sentido, nos vemos obligados a seguir trabajando por eso.”